Las universidades de Valencia, Barcelona, del País Vasco y de Zaragoza rindieron el miércoles un homenaje a Ernest Lluch, el profesor y político vilmente asesinado por ETA. En un acto simultáneo que unió por videoconferencia a las cuatro universidades, los rectores de las mismas y el premio Nobel José Saramago reivindicaron la vocación incansable de diálogo del profesor Lluch como la vía imprescindible para resolver el conflicto vasco. La Universidad de Valencia ofreció el marco noble de su paraninfo para la celebración del merecido homenaje. Al mismo asistieron los hijos del ex-presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente, y del catedrático Manuel Broseta, dos valencianos ilustres también asesinados por ETA. El rector Pedro Ruiz habló de la necesidad de un diálogo basado 'en la exigencia de libertad de conciencia y de pensamiento'. Añadiendo que para saber de tolerancia 'hay que desterrar la servidumbre de la mentira y el terror'. Desde Euskadi, el premio Nobel José Saramago se dirigió a los asesinos de Lluch recordándoles que cada vez que matan lo que están matando es sólo un cuerpo porque el espíritu de libertad y la idea de justicia y de respeto humano se mantienen, pues no hay forma de matarlas. El lehendakari Ibarretxe, que asistía junto a Saramago al acto organizado simultáneamente por la Universidad del País Vasco en el campus de San Sebastián, apostó por tomar el ejemplo de Lluch 'para trabajar por recuperar la convivencia, el respeto y el entendimiento mediante el diálogo'. Y llamó a la sociedad vasca 'a no descansar mientras en este país haya una sola persona amenazada y mientras exista una sola violación de los derechos y las libertades'. Fue un merecido homenaje a Lluch rendido por el mundo de la universidad. Y también por el de la política. Aunque en éste último caso no por todos los representantes del espectro político. En Valencia, por ejemplo, ningún representante mínimamente cualificado del PP se dignó asistir al acto celebrado en el Paraninfo. Ellos sabrán por qué. Posiblemente por no cometer, una vez más, un acto de cinismo. Mejor ha estado así. Han sido coherentes.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de noviembre de 2001