El PSE secundó ayer en un debate en comisión en el Parlamento una propuesta de los grupos del tripartito, que sustituyó a otra presentada por Batasuna, en relación con la tortura. El texto aprobado declara que en materia de derechos humanos 'no caben excepciones' y que resultan inadmisibles 'la tortura o la violación de los derechos de personas detenidas'. La resolución se compromete en la defensa de los derechos humanos y las libertades de todas las personas, rechaza la violencia y la extorsión y exige a ETA el abandono de las armas.
Los grupos del Gobierno se vieron secundados por Batasuna en otra votación, relativa ésta a los presos de ETA, que insta a las instituciones a aplicar la ley y reclama la transferencia de las prisiones y una política penitenciaria consensuada y flexible, punto que los radicales no votaron.
El debate no estuvo exento de enfrentamientos: el popular Carlos Urquijo tachó a la parlamentaria de Batasuna Jone Goirizelaia de 'correveidile de ETA', mientras Javier Rojo (PSE) ofreció a Emilio Olabarria (PNV), intercambiar sus modos de vida, en alusión al acoso de los no nacionalistas. El presidente de la comisión, Iñigo Urkullu, impidió la presencia de varios denunciantes de torturas pedida por Batasuna.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de noviembre de 2001