La posibilidad de crear seres humanos clónicos a partir de células de adultos, igual que se fabricó la célebre oveja Dolly y otros mamíferos después de ella, ha suscitado dudas y temores acerca de la salud y viabilidad de estos animales copiados de un único progenitor. El riesgo de obtener con estas técnicas en laboratorio animales deformes o discapacitados puede hacer desaconsejable su utilización para producir animales de granja e inaceptable en el caso de seres humanos. Para evaluar la cuestión, un equipo de científicos estadounidense ha realizado análisis exhaustivos de 24 vacas clónicas y sexualmente maduras, y concluye que 'no se aprecian en los ejemplares defectos fisiológicos genéticos' y que 'todos los datos recogidos refuerzan la idea de que estos animales son clínica y fenotípicamente normales'. La investigación será publicada la semana que viene en la revista Science.
Robert P. Lanza y sus colegas han estudiado a fondo una treintena de vacas de raza Holstein engendradas por clonación a partir de células somáticas y puntualizan que seis de ellas murieron poco después de nacer, pero las 24 restantes resultaron vigorosas y seguían vivas tras cumplir entre uno y cuatro años. Tres de las vacas muertas fallecieron por insuficiencia cardiopulmonar, y otra, por fallos intestinales.
Las vacas sanas fueron sometidas a análisis completos, incluidas pruebas de sangre, orina, pulso, peso corporal, exploración de los ojos, los nodos linfáticos, exploraciones de órganos sexuales, riñones y sistema gastrointestinal. Los parámetros fueron normales en todos los casos. Pero los científicos no se pararon ahí. Estudiaron también su comportamiento social, y concluyeron que tampoco en este ámbito se detectaron disfunciones.
En cuanto a su capacidad reproductiva, los animales clonados alcanzaron la pubertad a la edad esperada (entre 10 y 12 meses). Los científicos explican que 'la tasa de concepción tras inseminación artificial ha sido excelente, con un 87,5% de éxito en el primer intento, y el resto, en el segundo'. Dos de las vacas estudiadas han parido terneros 'aparentemente normales en todos los aspectos'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de noviembre de 2001