En estos tiempos en que todo el mundo realiza reclamaciones y a veces denuncias, quiero expresar mi agradecimiento al servicio de hematología del hospital Ramón y Cajal por el trato dado a mi madre, doña Angélica Crespo Pérez, durante cuatro años.
Quiero expresar mi agradecimiento a su médico, el doctor García Laraña; a su equipo, su secretaria, sus enfermeras, al personal de la octava planta de hematología, por el trato dispensado a mi madre en tantas y tantas veces que tuvimos que acudir al servicio de urgencias. Quiero agradecer la amabilidad y el cariño con el que siempre fue recibida. A pesar de las condiciones en que trabajan, nunca vi una mala cara. Y, por último, quiero agradecer al personal del hospital de día, donde tantas horas pasó ella, todo el cariño, entrega y amor que dan a los pacientes que allí acuden; por todo ello, mil gracias a todos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de noviembre de 2001