Después de las tormentas que azotaron el litoral catalán durante las pasadas semanas causando daños que han sido evaluados en miles de millones de pesetas, ayer un amable sol otoñal y un cielo despejado animaron a los ciudadanos a volver a disfrutar de la relajación que proporciona el mar encalmado. Incluso algunos aficionados a la vela no dudaron en salir a practicar su deporte favorito, como muestra la fotografía tomada durante la mañana de ayer en la playa del Bogatell. Todo ello a pesar de las bajas temperaturas, que han llevado la suficiente nieve a las montañas como para que este fin de semana hayan abierto varias estaciones del Pirineo catalán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de noviembre de 2001