Uruguay hizo valer el peso de su tradición -el de sus dos Copas del Mundo (1930 y 1950)- para infiltrarse en el Mundial de 2002. Impuso su fútbol y su oficio, pero sobre todo la grandeza de Recoba, que desplomó a los australianos con sus fulminantes apariciones. La inexperta Australia, que sólo ha participado en el Mundial 74, no se rindió nunca. Apeló a su orgullo herido y su genuino espíritu competitivo para mantener en un puño al mítico estadio Centenario.
URUGUAY 3| AUSTRALIA 0
Uruguay: Carini; Tais, Lembo, Montero, Rodríguez; Guigou, García, Regueiro (De los Santos, m. 74), Recoba; Darío Silva (Sorondo, m. 82) y Magallanes (Morales, m. 65). Australia: Schwarzer; Muscat (Agostino, m. 73), Moore, Murphy (Aloisi, m. 80), Tony Vidmar; Emerton, Skoko, Okon, Kewell; Lazaridis y Viduka. Goles: 1-0. M. 14. Pase largo que recoge Darío Silva al borde del área, protege el balón con el cuerpo y lo cruza fuera del alcance de Schwarzer. 2-0. M. 70. Centro de falta enroscado de Recoba que cabecea Morales. 3-0. M. 90. Pase atrás de Recoba que Morales sólo tiene que empujar a gol. Árbitro: Bujsaim Ali (Emiratos Árabes). Amonestó a Muscat, Regueiro, Pablo García, Morales, De los Santos, Darío Silva y Carini. 63.000 espectadores. Uruguay se clasificó para el Mundial por un global de 3-1.
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Kewell fue lo mejor de los aussies y Viduka lo peor. El grandullón delantero del Leeds echó a perder el empate en un par de ocasiones. Recoba y Kewell embellecieron un encuentro frenético, áspero y dramático. Con ambos equipos al límite. No sólo por lo mucho que se jugaban, sino también por los precedentes del agresivo recibimiento a la selección australiana en el aeropuerto de Montevideo.
El gol, sin embargo, metió a Australia en el partido, le hizo salir de la cueva. Primero cabeceó cruzado Vidmar y puso a prueba la agilidad de Carini, el joven guardameta, 21 años, de la Juventus. Y después entró Kewell en acción e imitó a Recoba con un zurdazo que limpió el larguero. A la contra, Uruguay acudió a la velocidad del racinguista Regueiro, que resquebrajó a los aussies por la izquierda.
Más fresca físicamente, Australia se creció en la segunda mitad y habría empatado de no ser por la torpeza de Viduka, que tuvo un día negado. Tanto falló Viduka que lo agradeció Recoba y su majestuoso golpeo de balón.
Darío Silva, preocupado
El jugador del Málaga Darío Silva saltó al campo con una preocupación familiar. Su hija Eli, de cuatro años, sufrió el sábado un accidente de automóvil. Iba en el coche que conducía por Benalmádena la compañera del jugador y, en un momento, dio un frenazo brusco, que lanzó a la niña contra el cristal delantero. Fue ingresada en el hospital materno-infantil de Málaga. donde se recupera de un golpe en el tórax y de fractura de mandíbula. Dario Silva jugó con una camiseta debajo del uniforme que lucía los nombres de Eli y de su otro hijo, Eoli. Su compañero de selección Recoba, además, le dedicó uno de los goles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de noviembre de 2001