El claustro de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla aprobó el pasado jueves por amplia mayoría el Estatuto de la Defensoría Universitaria, que recoge la figura del Defensor de la comunidad universitaria, órgano independiente y unipersonal, que se ocupará de proteger los derechos, libertades e intereses legítimos de la misma.
El Defensor Universitario será únicamente responsable ante el claustro, por lo que no podrá recibir instrucciones de ninguna autoridad universitaria ni depender de algún otro órgano. El desempeño de dicho puesto será incompatible con el ejercicio de otro cargo universitario.
De este modo, cualquier miembro de la UPO podrá presentar su queja o reclamación al Defensor, cuyas resoluciones no podrán ser objeto de recurso en la vía universitaria. El estatuto dota al Defensor de un mandato de cuatro años y deberá ser elegido por una mayoría de tres quintos de los miembros claustrales de entre los profesores pertenecientes a los cuerpos docentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de noviembre de 2001