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Crítica:CLÁSICA

Lecciones sobre Brahms

El ciclo de conciertos extraordinarios de Juventudes Musicales de Madrid ha adquirido importancia grande en nuestras temporadas gracias a actuaciones como las de ahora encomendadas a la Real Filarmonía de Galicia con su director Ros Marbá y con los solistas Máxim Vengerov (Novosibirsk, 1974) y Mischa Maisky (Riga, 1948). En programa un solo autor, Johannes Brahms, en dos de sus magistrales conciertos: el escrito para violín y dedicado a Joseph Joachim (1878) y el doble, para violín y violonchelo, de 1887.

Y en el pupitre directorial Ros Marbá, un maestro brahmasiano que continúa la tradición de Arbós, Toldrá o Argenta, pero las herencias directas las recibe Antoni Ros de Toldrá y Celibedache y con ellas su amor a la belleza sonora, el rigor de criterio y la incesante voluntad de cantar. Si unimos la transparente calidad de la Filarmonía gallega, ahora en manos del maestro barcelonés, de tantas calidades en sus distintas cuerdas y los nombres de dos solistas señeros de nuestro tiempo, como son Vengerov y Maisky, será fácil comprender el éxito de una jornada hecha de música pura, viva y tocada con lírico impulso y virtuosismo fascinante.

Tarde de grande, inmensa música y también de respuesta digna de la temperatura musical del hamburgués. Desde una butaca, Zahkar Bron, maestro de Vengerov, sumaba su aprobación.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de noviembre de 2001