ETA ha asesinado de nuevo, haciendo lo único que sabe hacer: sembrar este país de sangre. Demuestra su autismo una vez más, desoyendo lo que repetidamente le dice la ciudadanía a la que dice representar: 'que desaparezca, que deje de matar'. Los políticos no deben dejar de hacer política porque tengamos a esta gentuza entre nosotros. Todo lo contrario. Necesitamos firmeza democrática y unión ante los fascistas que pretenden llevarse nuestra vida y nuestra libertad por delante.
Profetas de la nada, oráculos del miedo, nunca conseguireis vencernos, porque amamos la vida. Toda mi solidaridad con las familias de los asesinados. A vosotros, asesinos, mi asco más profundo.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de noviembre de 2001