La revolución industrial pasó de largo por Andalucía, pero esa carencia puede convertirse en una oportunidad. Esa fue la tesis que expuso ayer el ex ministro de Economía, Carlos Solchaga, en respuesta a las preguntas que hicieron sobre las posibilidades de desarrollo de la economía regional los asistentes a la conferencia que dio ayer en Sevilla, dentro de unas jornadas organizadas por la CEA. 'El coste de la industrialización no es bajo, deja grandes cicatrices en el tejido urbano', indicó Solchaga, quien aseguró que la comunidad debe apostar por 'formar al capital humano e incentivar la creación de empresas'.
Solchaga, que fue ministro de Economía con el PSOE en el Gobierno central, aseguró que la débil industrialización de la economía andaluza, 'le da enormes posibilidades para convertirse en un centro de atracción de inversiones y de oferta de servicios, sobre todo en el sector del ocio'.
Por el contrario, el ex ministro socialista vaticinó ante los periodistas que la previsión del Gobierno central de crecimiento económico en España, un 2,9% más que en 2001, está desfasada. 'A nuestro país le va a afectar de forma significativa la recesión económica mundial, aunque acabará saliendo de ella sin mayores dificultades si el Gobierno no se equivoca en su política económica'. Solchaga auguró para 2002 un breve aumento del desempleo y un descenso acusado del consumo.
En su conferencia en las jornadas sobre información y economía, Solchaga abogó por la necesidad de que haya la 'máxima transparencia y honestidad' en la información que suministran los Estados, las empresas y todas las instituciones sobre su funcionamiento para evitar de esa forma que ocurran casos como el de la sociedad de valores Gescartera. El ex ministro sostuvo que actualmente se produce una 'sobredosis de información económica insuficientemente contrastada y con frecuencia irrelevante'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de noviembre de 2001