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Chiquita quiebra tras una crisis agravada por las tarifas de la UE

El grupo empresarial bananero Chiquita Brands International se declaró ayer en bancarrota, según un plan previamente acordado con los acreedores para reducir su deuda en unos 700 millones de dólares. Chiquita es una compañía líder en el mercado internacional de frutas y verduras que en los últimos años ha atravesado dificultades financieras por el descenso en el precio del banano por la sobreoferta y de las medidas de la Unión Europea (UE) sobre las importaciones de ese producto.

Chiquita señaló el pasado mes de enero, cuando la quiebra era una amenaza, que la protección europea a los plátanos de Canarias, África y algunas colonias caribeñas ha costado a Chiquita 220.000 millones de pesetas en la última década. De hecho, su presidente, el multimillonario Carl Lindler, ha dedicado los últimos años a batallar las cuotas impuestas por Bruselas en 1992.

La compañía llevará a cabo un plan de reestructuración al amparo de la protección que le proporciona el capítulo 11 de la Ley de Bancarrota y que supone la supervisión judicial de los compromisos que establezca con sus acreedores. 'Nuestra intención es salir de la bancarrota en el primer trimestre de 2002 con un sólido balance contable y un brillante futuro', señaló Steven Warshaw, presidente y director ejecutivo del grupo empresarial en un comunicado.

La declaración de bancarrota no afectará a las compañías filiales, incluida la que se dedica a las exportaciones de banano, ya que son entidades legales independientes que generan su propio flujo de caja y disponen de líneas de crédito propias. El grupo empresarial ha señalado que sus empresas subsidiarias continuarán operando con normalidad, tanto en las entregas de pedidos como en los pagos a sus proveedores. Acogerse al capítulo 11 permitirá también que el grupo empresarial reduzca en unos 60 millones de dólares el pago anual de intereses en el futuro.

El plan de reestructuración de su deuda pública deberá ser aprobado por el comité que representa a los tenedores de bonos, pero la compañía confía en no encontrar obstáculos después de haber logrado un preacuerdo sobre el asunto, según anunció el 12 de noviembre.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de noviembre de 2001