Dos presuntos miembros de ETA hirieron ayer de gravedad a un agente de la Gendarmería francesa que les pidió que se identificaran cuando se encontraban al borde de una carretera en la localidad de Monein, a 12 kilómetros de Pau. El agente recibió siete balazos a bocajarro y anoche se debatía entre la vida y la muerte en un hospital de la citada localidad. Fuentes policiales francesas y españolas indicaron que los agresores son "casi con total seguridad" miembros de ETA, ya que el coche en el que huyeron tenía matrícula española falsa y usaron munición del calibre 9 milímetros Parabellum. El pasado día 17, dos etarras hirieron a otro gendarme que intentó detenerles, también en Pau, tras saltarse un control.
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El gendarme herido y un compañero estaban de patrulla por carreteras secundarias de Monein cuando avistaron a dos individuos que estaban intercambiando objetos en un camino rural junto a dos vehículos Renault Clio, uno supuestamente con matrícula española falsa y otro, de color verde y con placas también falsas de Las Landas. Los policías detuvieron el coche patrulla a pocos metros y se encaminaron hacia los dos desconocidos, que, según fuentes de la Gendarmería, hablaban español y dijeron ser estudiantes de la Universidad de Pau.
La Gendarmería trabaja con la hipótesis de que el autor de los disparos es el presunto etarra Ibon Fernández de Iradi, Susper, informaron a Efe fuentes de la lucha antiterrorista. Fernández de Iradi es uno de los presuntos miembros del desarticulado comando Buruntza contra los que el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó el pasado 26 de agosto su detención por la comisión de 18 acciones terroristas, cuatro de ellas asesinatos.
El conductor de uno de los vehículos entregó sus documentos a un gendarme, que se volvió hacia el coche patrulla para comprobar por radio las identidades. En ese momento, escuchó a sus espaldas como los terroristas abrían fuego. Al darse la vuelta, pudo ver a su compañero tendido en el suelo mientras los dos terroristas huían en el Clio de matrícula española. Eran las 17.45. El agente recibió un balazo en la cabeza, tres en el pecho y tres más en otras partes del cuerpo. Inmediatamente fue trasladado a un hospital de Pau, donde el agente, de nombre Gerard, de 33 años y soltero, se encontraba anoche en estado "crítico", según fuentes de la Gendarmería.
Los dos agresores abandonaron el Clio a unos tres kilómetros de Pau, donde robaron a punta de pistola un Renault Twingo amarillo y de matrícula francesa, cuya ocupante fue abandonada en una carretera. La Gendarmería y la policía francesa montaron enseguida fuertes controles de carretera, especialmente en las cercanías de Pau y de los pasos fronterizos, para localizar a los agresores. El Twingo fue hallado poco después de las 22.00 en Oloron-Saint Marie, a 30 kilómetros del lugar del robo.
Fuentes del cuerpo indicaron que, sin descartar otras hipótesis, "la pista prioritaria" es que los autores de los disparos "son miembros de ETA", ya que así lo indican "pistas" halladas en el coche y la munición empleada (se recogieron en el suelo diez casquillos del calibre nueve milímetros parabellum). El caso ha sido puesto en manos de la juez antiterrorista de París Laurence Le Vert. Fuentes del Ministerio del Interior español precisaron que el modo de actuación, la munición utilizada y otros datos "no dejan dudas de que se trata de etarras, aunque no hay confirmación".
Éste es el segundo incidente que se produce en menos de dos semanas en Pau entre supuestos etarras y miembros de la Gendarmería, un cuerpo de carácter militar similar a la Guardia Civil, que se mostraba "extrañado" por "el nuevo proceder" de los etarras, que solían huir sin disparar ante la presencia de controles. El día 17, otro gendarme resultó gravemente herido al ser tiroteado por los ocupantes de una furgoneta que se habían saltado un control de alcoholemia junto al aeropuerto. El hecho de que el furgón Jumper blanco llevara matrículas falsas, la munición empleada (nueve milímetros de la marca checa BSP) hizo sospechar inmediatamente de ETA. Interior aseguró ayer que Francia ha confirmado que los autores eran etarras.
Los dos tiroteos coinciden con el fuerte malestar que viven los cuerpos policiales en Francia, que en las últimas semanas han celebrado cinco manifestaciones en demanda de mejores condiciones laborales y salariales y de mayores medidas de seguridad. Y también coincide con una reunión antiterrorista que se celebró ayer en París con la participación del secretario de Estado de Seguridad, Pedro Morenés; el director general de la Policía, Juan Cotino; su homólogo francés, Patrice Bergougnoux; el director de la División Nacional Antiterrorista, Frédéric Veaux, y otros mandos policiales.
Franceses y españoles intercambiaron información sobre ETA y el terrorismo islámico, abordaron la situación creada por las apariciones públicas en Francia de Juan María Olano, portavoz de Gestoras pro Amnistía en busca y captura internacional, entre otros asuntos. El presidente del Gobierno, José María Aznar, hizo votos desde Washington, tras conocer la balacera, por una mayor colaboración antiterrorista hispano-francesa.
Mientras, la Guardia Civil investigó la relación del robo de un coche en Urritzola, en el valle navarro de Sakana, con la fuga del etarra Iñaki Vallejo, ocurrida el lunes tras un tiroteo en Pamplona, informa Mikel Muez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de noviembre de 2001