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Aznar respeta los juicios militares de Bush

Bush: 'Pedí ayuda y España ha respondido. Ha ofrecido mucha información de gran ayuda'

George Bush "ayudará por todos los medios" a José María Aznar a combatir el terrorismo en España, y el presidente del Gobierno "apoyará todos los esfuerzos del presidente norteamericano para erradicar y eliminar" a los terroristas, sin que las dudas suscitadas por la justicia española a eventuales extradiciones hacia EE UU pueda dificultar "la más completa" cooperación. Estados Unidos puede tener los tribunales militares que considere oportuno, y España, decidir las extradiciones según sus propias normas, vino a decir Aznar. La Unión Europea, añadió el presidente del Gobierrno español, resolverá el problema. Bush y Aznar se entrevistaron ayer en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Las dudas planteadas por la Fiscalía de la Audiencia Nacional sobre la posibilidad de que los detenidos en España, como supuestos miembros de la red terrorista dirigida por Osama Bin Laden, Al Qaeda, puedan ser entregados a la justicia de Estados Unidos no fue un lastre para la entrevista que mantuvo ayer Aznar con Bush.

Era de esperar que las cosas transcurrieran de ese modo, porque la insistencia del norteamericano en el problema no podía ser tan grande como para ocultar que la cooperación antiterrorista entre los dos países es satisfactoria. Sobre todo, en el campo de la información de seguridad, según destacaron los dos líderes. De hecho, Bush ni siquiera evocó la existencia de un presunto contencioso ante la prensa.

Las dificultades para la cooperación judicial derivadas de la vigencia de la pena de muerte en Estados Unidos no son, además, nuevas y la reciente creación por la Administración republicana de tribunales militares para delitos de terrorismo plantea problemas, como la pena de muerte, no sólo a España, sino a todos los países de la Unión Europea.

Debate en la Unión

En ese sentido, el presidente español informó de que las dificultades derivadas de esas diferencias están siendo debatidas "en la Unión Europea". "Estoy seguro", añadió, "de que llegaremos a un acuerdo para colaborar con Washington de la forma más provechosa". Aznar precisó que el debate en cuestión forma parte del plan de acción de la Unión hacia Estados Unidos, que debería avanzar significativamente en 2002, bajo la presidencia española, cuando ya estén a punto los nuevos mecanismos comunitarios para superar las extradiciones y la orden europea de búsqueda y captura.

Mientras tanto, los eventuales conflictos se resolverían, como hasta ahora, con la garantía del Gobierno de Washington de que los extraditados por Europa serán enviados a tribunales ordinarios y no se les aplicará la pena de muerte.

Aznar advirtió de que, en cualquier caso, la posibilidad de que se plantee algún conflicto concreto de ese tipo con España es muy remota, ya que, dijo, "no hay ni existe la impresión por ahora de que vaya a haber ninguna demanda de extradición a España". La información resulta contradictoria con el hecho de que, según el propio presidente, los detenidos por orden de la Audiencia Nacional "tienen vinculación directa con los sucesos del 11 de septiembre".

El Gobierno de Washington pidió, en cambio, ayer a Londres la extradición de un ciudadano argelino detenido en el Reino Unido al que no acusa de vinculación con los atentados terroristas, pero sí de haber sido instructor de los pilotos suicidas que atacaron las Torres Gemelas.

El propio presidente norteamericano destacó, sin embargo, la importancia de los arrestos efectuados en España, cuando dijo: "Pedí ayuda para llevar a la justicia a los culpables y el presidente Aznar ha respondido. España ha detenido a unos miembros de Al Qaeda y ha ofrecido mucha información que nos ha sido de gran ayuda. El pueblo de Estados Unidos está muy agradecido por ello".

Aznar, por su parte, afirmó en la breve conferencia de prensa conjunta que celebró con el presidente norteamericano que "cualquier decisión que se tome en España en relación con estos detenidos, si se pidiera su extradición, será acorde con las leyes españolas".

Al respecto, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, dijo después en rueda de prensa que hasta ahora la posición española "no supone ningún problema", ya que, en cualquier caso, muestra su disposición a estudiar la solicitud de extradición en caso de que se produzca. "Sé que se han expresado algunas preocupaciones [respecto a la extradición de los detenidos] y las trataremos más adelante. Me siento bastante satisfecho de la respuesta que el presidente Aznar ha dado a la prensa", añadió el jefe de la diplomacia estadounidense.

El presidente español expresó en los siguientes términos su respeto por los tribunales militares y demás instituciones creadas por Bush para la lucha antiterrorista, que han desatado una fuerte polémica en sectores del país por el recorte drástico a ciertos derechos civiles: "Estados Unidos tiene todo el derecho a organizar su jurisdicción de la manera que le resulte más oportuna, como corresponde a una democracia".

Más tarde, en la Embajada de España, añadiría que esta posición "no es cuestión de gustos personales, sino de respeto hacia las posiciones de otros países". Además, se manifestó "convencido de que esa jurisdicción se aplicará estrictamente a casos bien definidos y delimitados".

Otras opciones

En conocimiento de estas declaraciones, el secretario de Estado comentó: "El presidente de Estados Unidos tiene toda una batería de opciones legales para tratar con quienes cometen delitos en contra de los ciudadanos estadounidenses, y también una amplia gama para tratar con los terroristas". Al respecto, detalló que una de esas posibilidades es "lo que se ha llamado la opción de la comisión miliar [tribunales marciales], pero no es la única y todavía no se ha ejercitado contra un individuo en particular".

Los dos mandatarios se declararon plenamente satisfechos del funcionamiento de la conexión actual entre los respectivos de inteligencia, para combatir tanto a la red terrorista Al Qaeda, según dijo Bush, como a ETA, según el presidente español, quien aseguró que esa colaboración bilateral "va a ser reforzada".

El presidente estadounidense, que dijo que recibía a Aznar como "amigo personal y de nuestro país", se expresó en español en dos ocasiones. La primera, para decir "bienvenido a Estados Unidos" y la segunda, para advertir: "Tenemos hambre y, por eso, sólo contestaremos a cuatro preguntas".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de noviembre de 2001