El personal civil de la OTAN amenaza con acciones de protesta en diciembre si no se desbloquea la congelación de sueldos ni se reforma la política de contratación que discrimina a los empleados temporales. El funcionariado cree que la actual situación imposibilita el cumplimiento de objetivos futuros y pide al secretario general, George Robertson, que eleve sin más demora sus reivindicaciones al Consejo Atlántico.
El Comité de Personal ha fijado un plazo para obtener una respuesta, el 14 de diciembre. De lo contrario, advierte, serán adoptadas 'todas las medidas legítimas' pertinentes y serán realizadas 'acciones reivindicativas' durante la reunión de ministros de Defensa que tendrá lugar los días 18 y 19 de ese mes en la sede de la organización.
Fuentes de la institución señalan que lord Robertson se muestra 'bastante receptivo' a muchas de las quejas de los funcionarios adscritos a la secretaría internacional -cerca de 1.200 empleados- y a la que no pertenecen ni los diplomáticos ni tampoco los militares asignados al cuartel general del mando aliado en Europa. En total, más de 3.000 personas trabajan en la OTAN.
Los funcionarios exigen una revisión de sueldos, congelados desde hace ocho años, y que se ponga fin a la discriminación que sufre el empleado temporal frente a los funcionarios asignados por los propios Gobiernos.
Alemania y el Reino Unido son los dos países que se muestran por el momento más reacios a subidas de sueldos. Lord Robertson es laborista británico y fue ministro de Defensa en el primer Gobierno de Tony Blair. El personal de la secretaría internacional piensa que será muy difícil que la Alianza Atlántica pueda desarrollar plenamente sus ambiciosos objetivos futuros con la actual política laboral. Un portavoz oficial confesó ayer que 'el sentimiento general es que si verdaderamente se quiere que la institución sea eficaz habrá que hacer una revisión presupuestaria'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de noviembre de 2001