Visto para sentencia. El juicio contra Valentín Moreno, el principal acusado por el crimen de la Villa Olímpica, finalizó ayer sin sorpresas después que los forenses que realizaron la autopsia a Carlos Javier Robledo relatasen con todo detalle a la juez la brutal paliza que recibió, que le afectó a todas la partes vitales del cuerpo, desde el cerebro hasta los testículos, pasando por el abdomen y el duodeno.
La fiscal mantuvo los cargos y se ratificó en su petición de penas que suman 12 años de internamiento en un centro y cinco años más de libertad vigilada por el asesinato de Robledo, el intento de asesinato de un amigo y el robo contra otro. La defensa reclamó la absolución o, de forma alternativa, una pena menor por una falta de lesiones por considerar que si bien Moreno participó en la agresión, no se le puede acusar de haber causado la muerte.
El acusado hizo uso de su último turno de palabra para explicar que la noche del 1 de abril de 2000 sólo buscaba pelea y no quería causar la muerte de nadie. Después del juicio volvió al centro de menores en el que está internado. Sus nueve amigos, todos mayores de edad y encarcelados, serán juzgados en los próximos meses. La sentencia se dictará en el plazo de cinco días.
Lo más destacado de la sesión de ayer fue la declaración de los forenses, quienes explicaron que el cadáver de Robledo presentaba graves heridas y contusiones en la cabeza, el cuello, el abdomen y los testículos, y que fue esto lo que le provocó la muerte. También relataron que, de no haber sido por las lesiones, la muerte estaba asegurada por la rotura del duodeno y añadieron que las heridas fueron provocadas por la acción de varias personas y sin posibilidad de defensa para la víctima.
Dos testigos también declararon ayer, como hicieron los amigos de la víctima, que Moreno y sus compañeros le propinaron una brutal paliza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001