Los estudios esperan lograr en 2001 su mayor recaudación desde los años 40
Siete películas han vuelto en estos días a utilizar las calles de Nueva York como escenario para sus tramas, y de acuerdo con la oficina del Ayuntamiento neoyorquino dedicada a la industria del espectáculo, este sector ha sido de los menos afectados por la crisis terrorista. Su efecto es aún menor en la otra costa, donde Hollywood se está frotando las manos ante lo que ya se vislumbra como un año que dará nuevos números para recordar, borrando la infamia del 11 de septiembre con los 8.000 millones de dólares (1,5 billones de pesetas) que se espera como recaudación de taquilla cuando concluyan estos doce meses, la cifra más alta desde la década de los cuarenta, cuando el cine no tenía que competir con el vídeo, la televisión por cable o por satélite.
Hollywood sigue intentando medir las repercusiones del 11 de septiembre en la industria. Los hay que proclaman agoreros que todo ha cambiado, mientras que otras voces mezclan el cinismo con el realismo de los números cuando aseguran que, de cambio, nada. También los hay guerreros como el actor Taye Diggs, al frente de la primera película que se está rodando en Nueva York tras los actos terroristas. "Estoy orgulloso de ser el primero en producción. Es la forma más clara de decirles a los terroristas que no nos va a afectar", proclama el intérprete de Brown Sugar.
Mientras tanto, los estudios anuncian los estrenos de varias películas bélicas, como Behind enemy lines, hoy mismo, sobre la guerra en Bosnia; Black Hawk down, de Ridley Scott, ambientada en Somalia en 1993, o We were soldiers, de Mel Gibson, informa France Press. Además, Hollywood ha creado un comité de guerra contra el terrorismo integrado por una cuarentena de ejecutivos que pretenden apoyar la guerra contra el terrorismo y evitar también la manipulación por parte del Gobierno de Estados Unidos, informa Efe.
Son muchos los que confirman este optimismo en Hollywood. Sin embargo, la revista Variety asegura que la industria del espectáculo está viviendo una de sus horas más negras y tienen datos en las que apoyar sus teorías. Es una crisis en la que intervienen más elementos que el golpe moral de septiembre, empezando por la caída en Internet, pasando por los temores de una huelga y culminando con la recesión económica que vive el país a nivel general. Además están los gastos originados por el 11 de septiembre, con un mayor sistema de seguridad en los estudios, o las pérdidas generadas por los retoques que ha habido que hacer en filmes como Zoolander o The Time Machine para evitar referencias a Nueva York o la retirada de las pantallas de Collateral Damage, Bad Company o Big Trouble para no herir sensibilidades. Claro que los 200 millones de dólares perdidos con el retraso en el estreno de estas producciones son una queja menor cuando se habla de 8.000 millones de dólares de beneficios en el año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001