Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Entrevista:CARLOS HEITOR CONY | ESCRITOR

"Brasil no tiene centro de gravedad"

Carlos Heitor Cony es para la expedición que ha venido a la Feria del Libro de Guadalajara el autor de mayor consistencia moral. Para algunos, es simplemente el mejor escritor brasileño vivo. Publicó su primer libro, O ventre, en 1958, y después de unos cuantos más escribió Pessach: a travessia (1967) y Pilatos (1972). Y punto, cambió de registro y se dedicó a otras cosas. "No escribí ni una sola línea", dice, hasta que volvió a la literatura en 1985 con Quase memória. Luego ha publicado tres libros más.

"Hoy cumplo 40 años. La cuestión no me irrita ni me sorprende. Sin embargo, eso no quiere decir que esté preparado para ello". Con esas frases se inicia La travesía, que en 1973 tradujo al español la editorial Extemporáneos, de México, hoy desaparecida. En Europa sólo lo pueden leer los franceses, ya que Gallimard ha publicado dos libros suyos, y también se ha "traducido" en Portugal. "Ponga traducido porque me cambiaron muchas cosas para que se me entendiera mejor".

Pregunta. ¿Por qué hay en su obra tanto cruce de géneros?

Respuesta. Porque la vida es un mix, una mezcla. La realidad es problemática. Surgen cosas de varias confluencias y producen efectos imprevisibles. No tiene sentido escribir en una única dirección. Sólo metafísica, sólo ideología, sólo aventuras. Un libro tiene que ser moral y folclórico, religioso y pornográfico. Tiene que reproducir la vida, que lo tiene todo.

P. La memoria es muy importante en sus libros.

R. Sí, y tengo una visión bastante pesimista. En realidad no existe el optimismo, sólo existe la mala información. No sabemos gran cosa del terremoto e igual viene hacia aquí y dentro de un rato usted y yo estamos muertos.

P. ¿Cómo valora el momento que está pasando su país?

R. Brasil es un país mediocre. Se limita a acompañar los acontecimientos tomando partido por las causas de los más fuertes. No ha sabido explotar los inmensos recursos que tiene. Es un país sin centro de gravedad. Parece que flotara.

P. ¿Cómo podría presentarse puesto que muy pocos lo conocen?

R. Cuando entré en la Academia, me obligaron a definirme ideológicamente y dije que no tengo bastante disciplina para ser de izquierdas. Ni firmeza ni convicciones para ser de derechas. Pero tampoco acepto colocarme en el centro por mero oportunismo. Así que debo ser otra cosa. Una especie de sencillo anarquista triste e inofensivo.

P. ¿Por qué dejó de escribir durante 25 años?

R. Lo abandoné todo porque me pasaron algunas cosas y viví feliz. Para escribir hay que ser un poco desdichado. Luego creo que volví a hacerlo porque los ordenadores facilitan mucho las cosas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001