Representantes de los comités de empresa y de redacción de RTVV denunciaron ayer al ente público autonómico por "el servilismo político a los intereses del Gobierno", rechazaron "la falta de criterios de calidad" con la que tienen que trabajar y dijeron que "la democracia no ha llegado a Canal 9". El comité de empresa, a excepción de la sección sindical USO, y el comité de redacción hicieron público un manifiesto conjunto "por unos medios públicos al servicio de los ciudadanos y de la democracia".
Los comités de empresa y de redacción de RTVV (que habilitaron la dirección de Internet Manifest_9@hotmail.com para recibir adhesiones) hicieron público ayer un manifiesto en el que defienden "unos medios de comunicación públicos al servicio de los ciudadanos y de la democracia". Nacho Ángel, representante del sindicato CC OO, definió el manifiesto como "un intento de fomentar un debate sobre el papel que debe jugar RTVV". Ángel explicó que "un medio público no debe ser un instrumento gubernamental, precisamente el carácter público debería impulsar más aún la independencia y la profesionalidad". El representante de CC OO calificó la actual programación de Canal 9 de "banalización de los contenidos culturales y dirigismo en la línea editorial".
"La dirección de nuestra empresa", dijo Ángel, "ha aplicado una política de recursos humanos denunciable por la precariedad y con el objetivo de atemorizar al conjunto".
"Apostamos", añadió el portavoz de CC OO, "por la creación del Consejo Audiovisual. Habría que alcanzar un consenso parlamentario, un pacto político que garantice la viabilidad económica del ente. El manifiesto pretende que la sociedad civil sea sabedora de cómo vivimos la televisión que tenemos y que está también en manos de cada uno de los ciudadanos, accionistas de la televisión autonómica, que algunas pautas desaparezcan".
Julià Àlvaro, representante del comité de redacción, inició su intervención diciendo que "la democracia no ha llegado a Canal 9, el producto que hacemos debilita democráticamente este país, no podemos permanecer inmóviles". Àlvaro considera que tampoco la oposición política ha sido capaz, hasta ahora, de plantar cara de forma contundente a lo que ocurre en el ente público. "La gente paga mucho dinero por un servicio que no se les da. Es especialmente importante que los medios públicos se refuercen y que tengan absoluta garantía de calidad. Nos negamos a aceptar el fatalismo de que un medio público es gubernamental porque precisamente esa condición de público nos debe obligar a ser los más plurales, donde quepan todos los ciudadanos".
El representante del comité de redacción protestó por la utilización de argumento político que los partidos hacen de la televisión autonómica y reflexionó sobre los peligros que supone para una sociedad no contar con medios públicos democráticos. "Tenemos que hacer un esfuerzo por concienciar a la gente. El público no quiere Tómbola, porque si así fuera no tendría los índices tan bajos, que equivalen, en el mejor de las últimas semanas al 24%, lo que suponen 280.000 espectadores, ni tendríamos los informativos menos vistos, con cuotas que rara vez superan el 13%".
Adhesiones inmediatas
El grito de auxilio, como lo definió en un momento de su intervención Julià Àlvaro, tuvo inmediata respuesta. Tanto la Unió de Periodistes como la Agrupació General de Periodistes emitieron comunicados de apoyo a las reividicaciones de los trabajadores del ente público y condenaron la falta de democracia y la ausencia de calidad en la programación de RTVV.
En ambos casos, se apoya la creación de un Consejo Audiovisual que, con mandatos superiores a las legislaturas y formados por acreditados expertos en comunicación, ayude a conformar una realidad de la práctica informativa en los medios guiada por criterios "profesionales" y "no políticos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001