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Una agenda de la víctima varía un delito de asesinato por el de auxilio al suicidio

La acusada de asesinar, según la calificación fiscal inicial, a su compañera sentimental a navajazos en junio de 1998 llegó ayer a un acuerdo de conformidad: aceptó tres años y seis meses de prisión por un delito de auxilio al suicidio y evitó así la celebración de un juicio por jurado donde el tema de fondo era si la víctima había o no pedido que la ayudaran a morir ante la enfermedad terminal que padecía.

El encuentro entre las partes, a puerta cerrada y con absoluto secretismo por parte de los abogados, se dilató lo justo para hacer efectiva la conformidad. Sin embargo, algunas cosas han cambiado en el caso.

El fiscal mantenía la acusación por un delito de asesinato que posteriormente rebajó a homicidio. Al final ese delito ha sido el de auxilio al suicidio. El cambio en la calificación obedece, según fuentes del caso, a la aparición de una agenda en la que la víctima hacía constar que padecía una enfermedad irreversible cuyos efectos no podía soportar y ante lo cual le pedía a su compañera sentimental, la acusada, que la ayudara a morir. Las fuentes afirmaron que la acusada acabó con la vida de su compañera a navajazos y que posteriormente intentó suicidarse agrediéndose también con un arma blanca.

Los hechos se remontan al 26 de junio de 1998. Desde que se conocieran los hechos, sobre la acusada ha pesado la acusación de haber dado muerte a su pareja amparada en una coartada de eutanasia activa. La defensa consideró siempre inocente de los hechos que se le imputaban a su defendida. Y, ayer, entendiendo las circunstancia del caso, aceptó que se le condenara a una pena de algo más de tres años por un delito de auxilio al suicidio, aunque quiso dejar claro que su defendida no quería matar a su pareja sino cumplir con el deseo que aquélla le manifestó para evitarle así sufrimiento.

El fiscal, a tenor de su redefinición de los hechos, también ha entendido que la acusada acabó con la vida de su compañera movida por el deterioro que la enfermedad le producía.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001