Duncan Dhu cierra su carrera con un álbum de nuevas canciones. Se llama Crepúsculo y ya está en las tiendas como último álbum del grupo donostiarra. Sus componentes se separan después de tres lustros de carrera: "Sólo nos volveremos a juntar por la pasta, como los Pistols", bromean. Mikel Erentxun y Diego Vasallo han preferido "marcar un final definido" a su proyecto conjunto, "antes que ver languidecer al grupo, que con el tiempo podría convertirse en una caricatura como los actuales Stones. Al contrario que ellos, somos como Arconada, que se marchó en lo mejor de su carrera deportiva", afirmaron antes de presentar Crepúsculo, no como un disco testamento, sino como "un álbum con 21 temas nuevos que han querido marcar un final atractivo a nuestra historia en común".
El disco incluye dos compactos. Uno está compuesto por 16 temas y el otro, titulado Crudites, lo conforman cinco piezas más. "Con esto, hemos tratado de aligerar el disco principal y hacerlo estilísticamente más homogéneo", afirman Diego y Mikel, "y de paso cerramos el círculo de la banda, que comenzó con un minielepé y concluye su carrera con otro". Ambos músicos reconocen que las cinco piezas de Crudites "son algo así como ejercicios de estilo, y cada una tiene una personalidad diferente. El punto de unión entre estas piezas es que son las más crudas de las sesiones de grabación de las 21 que componen el conjunto del álbum". La presencia de cuerda, con arreglos escritos por Suso Saiz, es otra constante del álbum, y era algo que tenían "claro antes de comenzar". "Aunque hay piezas cuyos arreglos se improvisaron sobre la marcha, otras se quedaron sin arreglos porque una vez grabadas vimos que no los necesitaban".
Mikel reconoce: "Aún no me he hecho a la idea de que la banda dejará de existir, porque además es ahora cuando más tiempo paso con Diego, debido primero a la grabación y luego a la promoción del disco. De todas maneras", continuó, "no creo que me asuele la nostalgia; ni Diego ni yo somos de los que pensamos que cualquier tiempo pasado fue mejor". Mientras Mikel continuará una carrera en solitario arrancada en 1992, Diego desea tomar más distancia con respecto a la industria musical. "Grabaré, pero lo haré más tranquilo y sin prisas. Estoy un poco cansado de lo que rodea a la música". Paralelamente, Diego ha iniciado una carrera como pintor que le ha llevado a exponer una colección de litografías.
Los discos de Duncan Dhu configuran una obra que ellos quisieran que fuese recordada como "un culto a las canciones sencillas, a la esencia del pop; es decir, a las buenas melodías y a la preocupación por los textos". Por ahora, lo que más preocupa a Mikel y Diego es la situación del pop en España, que consideran peor que cuando ellos comenzaron en la década de 1980. "Antes todos vendíamos algo, y ahora unos pocos venden mucho y los demás nada", dicen. "Además, el pop en España no interesa nada. Parece que la gente sólo compra discos cuando es joven, y no debemos olvidar que el nuestro es un país bastante hortera que se encuentra más próximo a la cultura folclórica que a la rockera".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001