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Reportaje:

Optimismo en la 'Bolsa' de Kabul

La marcha de la guerra y la Conferencia de Bonn reactivan la actividad financiera en el mercado de dinero de la capital afgana

El bazar de Kabul es una de las pocas cosas en Afganistán que guarda algún tipo de orden: tiene la zona de los pasteleros, de los carniceros, de los vendedores de alfombras, de camisas, de chalecos, de juguetes... Y, claro, reserva un rincón para el dinero.

En las calles cercanas a la zona de los cambistas ya empiezan a verse comerciantes con inmensos fajos de billetes de 10.000 afganis, prácticamente los únicos que circulan, trapicheando. Pero el verdadero epicentro financiero de Kabul se encuentra en el mercado del dinero, la Bolsa de la capital afgana, sensible como cualquier mercado financiero a las noticias exteriores, que últimamente son buenas. El edificio está lleno de tipos gritando y cambiando (no llevan ni tirantes, ni corbata, pero su actitud es muy similar a la de los brookers de Wall Street). Cada ciudad afgana tiene su mercado del dinero y, en su huida, fueron casi siempre desvalijados por los talibanes.

Custodiado por dos guardias armados, que cierran las puertas cuando la acumulación de personal es excesiva, el mercado del dinero tiene cuatro pisos y están rebosantes. Se cambian rupias, dólares, marcos... tanto en el recinto central como en los diferentes negocios y en los pisos. La imagen sería una mezcla de una Bolsa occidental con la cárcel de El expreso de medianoche.

Y los cambistas son tipos que conocen su negocio: nadie sabe muy bien cómo funciona, pero la capital afgana se despierta cada día con un cambio uniforme, que es respetado en todas partes. En las tiendas o en los restaurantes se puede pagar en afganis o en dólares y, aunque estén en puntos muy alejados de la ciudad, siempre ofrecen el mismo cambio, que ha ido bajando paulatinamente desde la llegada de la Alianza del Norte a Kabul, hace casi dos semanas. Antes un dólar eran 50.000 afganis; pero, según van aumentando las conquistas de los nuevos gobernantes del país, el tipo de cambio va descendiendo. Ayer estaba en 32.000 afganis por dólar.

La explicación que dan en el mercado es la posibilidad de que se llegue a un acuerdo político en la Conferencia de Bonn, además de la caída de Kunduz, el último reducto de los talibanes en el norte del país, y el aumento de la estabilidad en la ciudad. Argumentos que, en otro contexto, valdrían para explicar una subida del dólar frente al euro o el alza del índice Nikkei o del Dow Jones. Un cambista de 27 años asegura que "el optimismo ha vuelto Kabul" y que la gente está volviendo a comprar y a vender.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de noviembre de 2001