El etarra Jorge Olaitz, detenido el pasado lunes en Pamplona, ingresó ayer en prisión después de que se negara a declarar ante el juez, ante el que denunció malos tratos durante su detención. Pero previamente manifestó ante la Guardia Civil que había sido captado para ETA en noviembre de 2000 por Josu Beaumont, dirigente de Gestoras pro Amnistía de Navarra que se encuentra encarcelado desde octubre por orden del juez Baltasar Garzón, según han informado fuentes jurídicas.
No fue éste el único dato conocido ayer que vincularía claramente a los responsables de Gestoras con ETA. La policía francesa identificó oficialmente al ex dirigente de ese grupo de apoyo a presos etarras Antonio Agustín Figal Arranz como el segundo etarra que, presuntamente, intervino en el atentado sufrido el miércoles por un gendarme francés en Pau. Figal junto a Ibon Fernández Iradi serían los autores de los disparos que hirieron de extrema gravedad al agente Gerard Larroude. Figal, de 29 años, fue militante de Jarrai, coordinador de Gestoras en Vizcaya durante 1998 y 1999, al tiempo que formó parte de Senideak, la asociación de familiares de reclusos etarras.
Según la declaración prestada en dependencias policiales, Olaitz e Iñigo Vallejo, que se encuentra huido, fueron enviados recientemente a Pamplona para constituir el comando Nafarroa, denominado ahora comando Kroma, por Cromañón, el apodo del fallecido miembro de ETA Esteban Esteban Nieto. Reconoció Olaitz que tras su detención huyeron cuatro colaboradores suyos no fichados por la policía: Mikel Uzkuriaun Lizaur, de San Sebastián y Aritz Galilea Cia, Leire Soralegui Alvira y Carmen María Izturi Sanz, de Pamplona.
Vallejo y Olaitz se dieron cuenta de que estaban siendo vigilados al descender del autobús en el que viajaron desde San Sebastián a Pamplona. Se dirigieron hasta el barrio de San Jorge y cuando creyeron que habían despistado a sus seguidores, arrojaron al río una bolsa, que todavía no ha sido localizada, en la que había 800.000 pesetas e informaciones de posibles objetivos.
La Guardia Civil ha logrado desmantelar la infraestructura material con la que contaban estos terroristas para preparar los atentados y esconderse en la capital navarra. La pasada madrugada registró seis viviendas de Pamplona y la sociedad recreativa El Bullicio Pamplonés. Se incautó de un ordenador, documentación y 2,4 kilos de hachís.
El Ministerio del Interior confirmó ayer que el vehículo en el que huyó Vallejo recibió el impacto de "tres o cuatro" esquirlas de bala disparadas por los agentes que le perseguían. Una de las esquirlas agujereó el depósito de gasolina del Peugeot 205 en el que Vallejo tomó como rehén a su propietaria, lo que provocó que el automóvil se parara en Etxarren.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de diciembre de 2001