Las notificaciones que Caja Madrid envía a nuestros hogares ofrecen unas facilidades de pago un tanto dudosas. Sirvan algunos ejemplos:
¿El pago de recibos de 8.30 a 10.30, exclusivamente, tiene que entenderse como una de esas facilidades?
¿El no abonar en caja reintegros inferiores a 50.000 pesetas, remitiéndonos a los cajeros automáticos, es otra?
¿El tener que poner las cartillas al día en los cajeros antes de pasar por ventanilla también es otra facilidad?
Quedé tremendamente sorprendido de tales cambios cuando intenté abonar mi recibo de la contribución en ventanilla. ¿El Ayuntamiento de Madrid, que le concede el cobro de recibos, asiente y permite estas facilidades otorgadas a los contribuyentes?
¿Los poderes públicos consienten que se obligue a contratar tarjetas de dinero, adquirir cartillas con números clave, a tener que saber utilizar sus máquinas expendedoras si queremos recuperar un dinero que es nuestro?
Muchas personas de edad avanzada es posible que no tengan el interés ni las ganas de entrar en este juego tecnológico. Otros, simplemente, se sentirán incapaces de afrontarlo, teniendo entonces que recurrir a la ayuda de algún familiar, amigo o cualquier otra persona que se preste -esperemos que de buenos sentimientos- para poder realizar sus operaciones bancarias.
En los últimos años, desde distintos organismos públicos y privados, se vienen haciendo campañas a favor de nuestros mayores. Quizá sea un buen momento para considerar si Caja Madrid está en la misma línea o exclusivamente trata de ser una empresa con rendimientos óptimos a cualquier precio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de diciembre de 2001