El Gobierno estudia no bajar la tarifa eléctrica regulada en 2002 y quebrar así la senda descendente iniciada en 1997 con la aprobación del Protocolo Eléctrico, que ha supuesto en cinco años descensos acumulados de casi el 30%, según fuentes del sector.
El descenso de la inflación, que puede cerrar el año en el 2,8% ó 2,9%, ha hecho desistir al Ejecutivo de la necesidad de nuevos recortes en la tarifa, y su intención pasa por mantener las tarifas de los consumidores domésticos en sus niveles actuales e incrementarlas ligeramente para las empresas de gran consumo.
El ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha anunciado en reiteradas ocasiones que la fijación de la factura de la luz para el año próximo tendrá en cuenta el incremento general de los precios, el aumento de la demanda y la necesaria recuperación de la inversiones que las compañías prevén realizar para asegurar la capacidad de suministro.
En el sector eléctrico se considera que, por razones de calendario, el Gobierno no dispone de tiempo para elaborar un decreto de tarifas, por lo que se considera altamente probable que de cara al final del ejercicio el Ejecutivo opte por mantener las tarifas de forma provisional y en marzo de 2002 apruebe el nuevo marco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de diciembre de 2001