George Harrison preparaba un nuevo disco en solitario que dejó inconcluso cuando el cáncer se le agravó. Lo tituló provisionalmente Portrait of a leg end y confiaba en lanzarlo al mercado este otoño. El ex Beatle no pudo ver su nuevo trabajo. Pero, días antes de morir, seguía tocando la guitarra y escuchando algunos de los 25 temas que compuso mientras luchaba en vano contra un tumor que se le extendió desde la garganta a los pulmones, cerebro y huesos.
'Estamos profundamente conmovidos con la cantidad de gestos de amor y compasión que hemos recibido de todo el mundo', señalaron su viuda, Olivia Arias, y su hijo, Dhani Harrison. 'La profunda belleza del momento de su muerte, del despertar de su sueño, no fue ninguna sorpresa para todos nosotros que conocíamos cuánto deseaba estar con Dios', añadieron.
Las canciones inéditas tratan, al parecer, sobre cuestiones generales como la libertad, filosofía, convivencia y religión. Entre las 25 composiciones, el dominical The Sunday Times menciona un tema con referencias al ataque casi mortal que el ex Beatle sufrió en su domicilio inglés, en Henley on Thames, hace casi dos años. En esta mansión, un magnífico palacete gótico, Harrison grabó este disco que deja al público como herencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de diciembre de 2001