El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acudió ayer a la comisaría de la calle de Balmes de Barcelona para renovar su carnet de identidad, en el primer día hábil en que se expedía de forma bilingüe, en castellano y catalán. Pujol, que tenía el DNI caducado desde hacía un mes, tuvo que esperar en la cola durante una media hora antes de ser atendido, acompañado por la delegada del Gobierno, Julia García-Valdecasas. El presidente calificó el hecho de 'importante', pero precisó que todavía quedan en Cataluña muchas resistencias 'administrativas y políticas' para que la situación del catalán sea equiparable a la del castellano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de diciembre de 2001