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PSC: 'Es la firma de un testamento'

Los demás partidos del arco parlamentario catalán tienden a creer que el paso dado por Convergència i Unió (CiU) al dejar atrás sus 23 años de coalición electoral para convertirse en una federación de partidos es un simple cambio cosmético, formal, que no afecta al programa político. Y más cuando esta decisión no ha resuelto la contradicción existente entre el deseo de Jordi Pujol de fusionar los dos partidos en uno solo y el rechazo del líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, a esa pretensión.

El portavoz del Partit dels Socialistes (PSC), Miquel Iceta, afirmó ayer que la solemne firma del domingo 'más parecía un acto de testamento que de otra cosa'. En cualquier caso, agregó, esto no sirve a CiU para salir del callejón sin salida en que le ha metido su 'sumisión' al Partido Popular.

No fue más lisonjera la opinión expresada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Su portavoz, Joan Ridao, explicó que a su juicio el futuro de CiU no depende de operaciones formales como ésta, sino de los resultados que obtenga en el próximo ciclo electoral. Una derrota del convergente Artur Mas en las elecciones autonómicas conduciría a la ruptura entre los dos partidos de la federación, dijo, porque Convergència no aceptará nunca que el candidato a la presidencia de la Generalitat sea de Unió. 'La imagen de unidad y cohesión perseguida con este sainete de la federación se diluiría entonces como un terrón de azúcar', sentenció.

La expectativa de una derrota de CiU en las próximas elecciones autonómicas es, en opinión de Joan Saura, presidente de Iniciativa-Verds, lo que ha movido a CiU a convertirse en federación. 'Es un acto a la defensiva, producto del miedo a perder las elecciones', opinó. Si los nacionalistas tuvieran ante sí un escenario electoral que les fuera positivo, argumentó, no habrían modificado la fórmula que les ha sido útil durante tanto tiempo.

El presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, expresó su confianza en que a partir de ahora CiU deje de trasladar al Gobierno catalán las tensiones entre los dos partidos de la federación.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de diciembre de 2001