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Ariel Sharon lanzó ayer un ataque sin precedentes contra el presidente palestino, Yasir Arafat, al que acusó de ser "el mayor obstáculo para la paz y la estabilidad" en la región. El primer ministro israelí efectuó estas declaraciones en Jerusalén, en el contexto de un mensaje dirigido a la nación, tras los atentados suicidas del pasado fin de semana.
Israel ha empezado de manera sistemática a destruir los símbolos de la Autoridad Palestina. La operación de castigo empezó con el bombardeo de la residencia del presidente palestino, Yasir Arafat, para continuar por la noche con la invasión del aereopuerto internacional de Rafah y la destrucción de la pista principal de aterrizaje. Al mismo tiempo, los tanques entraban en las cercanías de Ramala y se detenían a 500 metros del complejo presidencial.
George Bush ha dado carta blanca a Ariel Sharon. 'Israel tiene derecho a defenderse, y el presidente lo entiende claramente', dijo Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca.
El Pentágono esperaba encontrarse con sorpresas en Afganistán, pero no contaba con esto. El primer prisionero de guerra de la campaña afgana no es un jefe talibán ni un dirigente de Al Qaeda, sino un chico estadounidense de buena familia llamado John Walker.
La negociación sobre el reparto del poder en Afganistán entraron ayer de lleno en la elección de un presidente para el Gobierno provisional y la distribución de las carteras entre las cuatro facciones reunidas en Bonn.
España ya ha dado el paso y ha comunicado oficialmente a Washington su deseo de que la Unión Europea y EE UU negocien un pacto global sobre el polémico problema de las extradiciones entre los dos continentes mientras en EE UU siga aplicándose la pena de muerte.
Sobre el telón de fondo del malestar material y moral que aqueja al Ejército ruso, el presidente Vladímir Putin parece decidido a demostrar dos cosas a los militares de su país.
Angela Merkel, quien apenas lleva 20 meses liderando la Unión Cristiana Democrática (CDU) alemana, obtuvo ayer un amplio respaldo de los cerca de mil delegados que asisten al congreso de los conservadores que se clausura hoy en Dresde.
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