La Audiencia de Alicante ha condenado a un total de 50 años de cárcel a nueve integrantes de una red de narcotraficantes que, en la vista oral del caso, negaron los hechos y alegaron que se dedicaban a elaborar vino, miel y otros productos destinados al engorde de animales. Sin embargo, el tribunal ha considerado probado que la banda, cuyo cabecilla era un ciudadano holandés, se dedicaba a introducir hachís y drogas de diseño desde Alicante hasta Holanda.
Las mayores penas han sido para el jefe de la red, P. L. L., condenado a 9 años de prisión y a una multa de 100 millones de pesetas, y para el químico industrial, M. S. Q., condenado a 11 años de cárcel y una multa de 49 millones de pesetas. La sala considera que el procesado fabricaba las drogas de diseño en un laboratorio clandestino ubicado en Ondara. El tribunal condena a 9 años de cárcel a M. J. C., que había alquilado el almacén donde se instaló el laboratorio.
La cuarta mayor pena ha recaído en la persona de P. M. G., un camionero que fue detenido en Almería con un alijo de 1.500 kilos de hachís, condenado a 6 años de cárcel. Este acusado fue el único que reconoció los hechos. Los otros cinco acusados han sido condenados a tres años de prisión cada uno de ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de diciembre de 2001