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José Antonio Marina propone una religión sometida a criterios éticos en su ensayo 'Dictamen sobre Dios'

El filósofo José Antonio Marina publica un estudio sobre el origen y el porqué de las religiones, Dictamen sobre Dios(Anagrama), justo cuando Occidente y Oriente combaten en Afganistán asegurando cada uno de los bandos que cuenta con la ayuda de su dios. Marina, que define la religión como una de las grandes creaciones del hombre, rechaza la idea de choque de religiones y define esta batalla como "lucha entre identidades manejadas por el poder".

"El 11 de septiembre me demostró que el debate sobre la religión está más vivo que nunca y que sigue usándose con fines políticos", explicó José Antonio Marina (Toledo, 1939) en Barcelona al presentar su nueva obra. El filósofo invita a elegir entre "una concepción del mundo basada en verdades privadas, religiosas, o una visión desde las verdades públicas, desde la ética, que permita acabar con carnicerías como las actuales", y dice a los "pomposos" europeos que "deberían tener en cuenta que poseen el dudoso privilegio de ser una bestia precoz que realizó estas brutalidades ocho siglos antes".

"Aunque hace 50 años se planteó el final de Dios, desde entonces han nacido 40.000 creencias, y el 40% de los españoles asegura no creer que la Tierra gira alrededor del Sol", dijo el autor de una obra que quiere explicar cómo funciona la inteligencia para crear religiones y dioses. Para el filósofo, que admite la existencia de una realidad material que la ciencia no puede explicar, las religiones crecerán "cuanto más vulnerable se sienta el hombre", y advirtió de que las creencias religiosas sólo se aceptarán "si se someten al criterio ético, el único que es universal".

Tres fueron las causas que justificaron la creación de las religiones, dice Marina. La primera, "explicar el origen del mundo", tarea que hoy ocupa la ciencia. La segunda función era la de organizar y unir la sociedad, campo que ha pasado a la ética. El tercer pilar sobre el que se asentaron las creencias, y que aún les da sentido, fue "salvar del dolor y del miedo, prometer la salvación y dar sentido a la existencia". La religión, por tanto, no puede aplicarse ya para aportar "verdades universales, porque éstas las da la ciencia y la ética, y el papel que tienen ahora es una verdad personal, subjetiva".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de diciembre de 2001