Un hombre con un arma automática tiroteó ayer de forma indiscriminada a los empleados de una fábrica de muebles de Goshen, una pequeña localidad del Estado norteamericano de Indiana.
Un trabajador y el atacante, que al parecer se suicidó, murieron, y al menos otras siete personas sufrieron heridas de bala. La policía, que mantuvo cercada durante más de dos horas la factoría, temía que el número de víctimas fuera mucho mayor y pidió ayuda a varias unidades especiales que asaltaron el edificio.
El nombre del agresor no había sido facilitado anoche. Se trataba, según distintos testimonios, de un empleado que fue despedido por la mañana y regresó armado por la tarde. Cuando comenzó el tiroteo había más de 30 personas trabajando en la fábrica Nu-Wood Decorative Millwork, dedicada a la producción de mobiliario barato. Algunas personas que consiguieron huir indicaron a la policía que el agresor se había atrincherado en una oficina, por lo que se reclamó la presencia de fuerzas de asalto y el rescate de los heridos tuvo que retrasarse hasta que se confirmó que el atacante estaba muerto.
Los alcaldes de las poblaciones de la zona ordenaron a las escuelas que impidieran la salida de alumnos mientras durara el asedio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de diciembre de 2001