En las últimas semanas, los responsables de Euskal Telebista nos están vendiendo los éxitos 'históricos' de su segunda cadena. Todo esto oculta una realidad bien distinta: esa segunda cadena, ETB 2, está creciendo, por un lado, a costa de ETB 1 (al borde del encefalograma plano); por otro, los responsables de ETB están llevando al sector audiovisual vasco al borde de la bancarrota.
¿Cuál es la base de la programación de la televisión pública vasca? Muy sencillo: series y películas americanas y fútbol español. La programación de la segunda cadena se apuntala con un concurso (Date el bote) y dos programas tan de servicio público como Lo que faltaba y Ésta es mi gente. ETB programa una media de 17 películas americanas a la semana. Los miércoles, por ejemplo, películas y series americanas suman diez horas y media de emisión. Ese mismo día, la media de ETB 1 no llega al 3% del share. Programas como Betizu, Goenkale, Hasiberriak o Sorginen laratza viven en estado de coma. Los programas infantiles de ETB son los menos vistos de la parrilla. El martes 4, la media de Betizu fue del 3,7%, tres veces menos que el Club Megatrix de Antena 3 y cinco veces menos que TPH Club de TVE.
Esta política, además de chocar con las directivas europeas de promoción de un sector audiovisual propio, está llevando a la extinción del sector audiovisual vasco. No se hacen encargos y, por tanto, ni se invierte, ni se crean puesto de trabajo. Además, ETB tira los precios: al ser el principal cliente, o se aceptan sus condiciones, o no se trabaja.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de diciembre de 2001