La teniente de alcalde de San Sebastián, la popular María San Gil, baraja la posibilidad de expedientar al jefe de la policía municipal donostiarra, Mikel Gotzon Santamaria, por negarse ayer a acatar la orden de que retirase una pancarta en favor de los presos de ETA colgada en el balcón del grupo municipal de Batasuna. San Gil se plantea si el desacato se debe a una decisión personal o si tras su postura está la de algún otro representante del equipo de gobierno.
La polémica no es nueva; se reaviva cada vez que el alcalde, el socialista Odón Elorza, se ausenta de la ciudad y San Gil asume de forma interina la responsabilidad del consistorio. Ayer, dictó la orden de retirada de la pancarta, pero el jefe de la Guardia Municipal se negó a acatarla. Santamaría esgrimió un escrito del alcalde que indicaba que para entrar en el despacho de uno de los grupos políticos es necesario que haya algún representante en su interior.
San Gil comprobó la presencia de algunos de los ediles de Batasuna en su despacho y reiteró su orden, en cumplimiento de una normativa municipal. Pero Santamaría se negó de nuevo a ejecutarla. 'Es una cuestión de interpretación de la ley', adujo el concejal responsable de la Guardia Municipal donostiarra, el socialista Ernesto Gasco. 'Hay dudas', dijo, de que se pueda entrar en los despachos de los grupos políticos si no es en casos de emergencia o de requerimientos judiciales. Batasuna acusó a San Gil de 'poner su granito de arena en este marco de represión contra toda reivindicación abertzale'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de diciembre de 2001