'Ruido, publicidad, montaje, ridículo, nada, desprestigio, calumnia que algo queda, la prueba de la desesperación del PSOE'. El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, y el secretario general del PP, Javier Arenas, quisieron exhibir anoche en Mallorca, ante las bases del PP, la mejor sonrisa y una apariencia de seguridad y tranquilidad. El mismo día en que el PSOE e IU presentaron ante el Tribunal Supremo la querella, contra él y su equipo de confianza en el partido, Matas anunció que no dimitirá aunque sea imputado.
La querella señala un supuesto delito electoral y otros tres tipos penales -falsedad, prevaricación y asociación ilícita-, por el llamado caso Formentera, que se remonta a 1999. El asunto de supuesta manipulación del censo y los votos de emigrantes en Argentina lleva ya dos años y medio de investigación judicial y mereció una comisión parlamentaria balear.
Arenas alabó las excelencias de Matas como ministro y líder indiscutible del PP balear y cargó frontalmente contra 'la incapacidad, las contradicciones' del Gobierno de Baleares, que preside Francesc Antich, del PSOE. Matas hizo lo propio en un monólogo circular, en el que atribuyó a los socialistas una 'forma de hacer política', fruto de 'la frustración y el fracaso'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de diciembre de 2001