Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Hosteleros navarros temen que el cambio legal arruine a la mitad del sector

El 50% de los negocios familiares de hostelería de Navarra puede verse abocado al cierre si se aplican a rajatabla las nuevas sanciones aprobadas por el Parlamento foral para el sector.Tal es la opinión de la Asociación Navarra de la Pequeña Empresa de Hostelería, que rechaza tajantemente las 'sanciones millonarias' incorporadas a la ley foral, que pueden llegar a un millón de pesetas para infracciones graves como cerrar después de lo autorizado o 100.000 pesetas por permitir que los clientes beban en la calle.

La nueva normativa, que quiere evitar las molestias que ocasionan los bares, atribuye directamente la potestad sancionadora a la consejería de Presidencia e Interior, arrebatando esa competencia a los ayuntamientos. Infracciones hasta ahora leves pasan a ser graves, como incumplir el horario de cierre, que se sancionará desde ahora con entre 100.001 y un millón de pesetas.

Proporcionalidad

La reforma auspiciada por el Gobierno ha contado con los votos de socialistas y CDN. El Ejecutivo de Miguel Sanz prepara ahora dos decretos para marcar los horarios de apertura y cierre y catalogar actividades. La oposición, a cambio de su apoyo, logró introducir el compromiso de que no habrá criterios restrictivos y las sanciones se aplicarán 'con criterios de proporcionalidad, atendiendo a la capacidad económica de las empresas y a la gravedad del incumplimiento'.

Tales compromisos no tranquilizan al sector. Pequeños y grandes empresarios de hostelería rechazan el endurecimiento de las sanciones y se quejan de que el Parlamento foral potencia 'la competencia desleal' al haber regulado la apertura y venta de bebidas alcohólicas en sociedades gastronómicas, txokos y otros locales de asociaciones cívicas, que sólo deberán tener una licencia municipal, pero sin obligación de cumplir la normativa de locales públicos.

El sector considera que no debe sancionar a los propietarios de un bar por que sus clientes saquen a la calle las consumiciones con el buen tiempo. 'Muy poco podemos hacer contra eso', señalan. De igual manera, entienden muy lesiva la normativa de horarios. 'Si la gente sale de copas pasada la medianoche y se va a casa a las cuatro de la madrugada, obligarnos a cerrar mucho antes vulnera gravemente el derecho de la hostelería a atender esa demanda', indican algunos hosteleros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de diciembre de 2001