La Generalitat ha aprobado un nuevo decreto pionero en Europa que tiene como objetivo regular los centros de bronceado artificial. Las instalaciones dedicadas a esta actividad deberán disponer de gafas de protección solar que se entregarán gratuitamente a los usuarios; tendrán un botiquín con pomadas y medicamentos para el tratamiento de quemaduras; espacio suficiente para que el usuario pueda cambiarse la ropa, y habrá duchas suficientes para los usuarios. El personal encargado de los centros tendrá que superar, antes de un año, un curso de formación sobre las emisiones ultravioleta y su influencia en la piel, homologado por el Instituto de Estudios de la Salud.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de diciembre de 2001