El ministro de Defensa francés, Alain Richard, anunció ayer, tras ocho horas de negociaciones, un acuerdo para poner fin a la revuelta de gendarmes que durante cuatro días habían desafiado en la calle a sus mandos y al Gobierno. El compromiso satisface a los gendarmes de policía, pero queda el problema de la seguridad ciudadana que la derecha esgrime para erosionar al Gabinete socialista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de diciembre de 2001