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El presidente afgano anuncia que Kandahar está en calma

El jefe del Gobierno interino negociado en los acuerdos de Bonn, Hamid Karzai, tuvo que viajar ayer a Kandahar, el último bastión de los talibanes en Afganistán, para evitar conflictos tras la caída de la ciudad. Tras estas gestiones, Karzai declaró a la emisora británica BBC que la ciudad había quedado completamente en calma.

El presidente del Gobierno provisional, al que se rindieron el viernes las milicias talibanes, llegó a Kandahar para reducir tensiones entre el antiguo gobernador de la provincia, Gul Agha, y el mulá Naqibulá, cuyas tropas, según algunas informaciones, peleaban por el control de la ciudad.

De acuerdo con el servicio en lengua afgana dari de la BBC, sintonizada en Kabul, Karzai nombró a Gul Agha jefe de Administración y Seguridad de Kandahar, en un esfuerzo por eliminar el descontento del ex gobernador, que pidió a Karzai sacar de la provincia al mulá Naqibulá.

Hamid Pastun, un portavoz del antiguo gobernador, desmintió las informaciones sobre choques que se produjeron ayer entre las tropas leales a Gul Agha y las que están al mando del mulá Naqibulá; en declaraciones a la BBC para Afganistán, Karzai aseguró que Kandahar estaba en calma.

Mientras tanto, las milicias talibanes declararon oficialmente la rendición de la provincia sureña de Zabul ante los jefes de las tribus locales, según la agencia Afghan Islamic Press (AIP), radicada en Pakistán. El mulá Abdul Salam Roquetti y el mulá Sayed Mohamed Haqqani, dirigentes talibanes, cedieron el poder al comandante Hamedulá Haqqani.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de diciembre de 2001