Miles de madrileños abarrotaron ayer las grandes superficies y las tiendas de la región, lo que produjo las primeras aglomeraciones navideñas en las calles más comerciales de Madrid.
En una jornada de final de puente, con los habituales atascos en las vías de acceso a la ciudad, también se produjeron embotellamientos de coches en las cercanías de los grandes almacenes del centro y en los centros comerciales de la periferia.
El cierre de las tiendas el jueves y el sábado durante este largo puente vacacional por las fiestas de la Constitución y la Inmaculada hizo que se desataran ayer las ansias compradoras de los ciudadanos. Así, el domingo se convirtió en el preámbulo de unas jornadas festivas marcadas por la búsqueda de regalos para Navidad, Nochevieja y Reyes.
Todo un río humano discurrió, como muestra la imagen, por las calles comerciales del centro, profusamente adornadas ya con las tradicionales luces navideñas. Preciados, entre la plaza de Callao y la Puerta del Sol, fue uno de los puntos más densos. Cruzar la calle para ir de un lado a otro era una odisea. Lograr ver un escaparate, un triunfo. Entrar en la tienda y salir de ella sin marearse, un premio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de diciembre de 2001