El consejero vasco de Interior, Javier Balza, retomó ayer personalmente las negociaciones con los cuatro sindicatos de la Ertzaintza para dotar de mayor seguridad a los 7.500 policías amenazados por ETA. Iñaki Castro, secretario general de Erne, la central mayoritaria en el cuerpo, planteó en una reunión en la que participaron también los sindicatos ELA, CC OO y UGT, la necesidad de un plan de reciclaje y formación en autoprotección en profundidad para todos los agentes, además de otro tipo de medidas para incrementar la seguridad de los ertzainas tras el reciente asesinato a manos de ETA de dos patrulleros en Beasain.
Durante el encuentro, celebrado durante seis horas en la Academia de Policía de Arkaute, (Álava), los líderes sindicales analizaron las medidas de tipo técnico y material expuestas en la reunión anterior por el número dos del departamento, Mikel Legarda. Al término del encuentro fuentes de Interior explicaron que había "servido para avanzar en los procedimientos de trabajo, tanto en los medios como en la formación de los agentes", en un clima de "coparticipación y corresponsabilidad".
Entre los medios materiales y técnicos enumerados en la reunión maratoniana del pasado día 28, en la que se acordó la retirada del actual sistema de trabajo de los agentes (Egunsentia), destacaban las 50 furgonetas blindadas, más de 130 vehículos camuflados, 1.213 chalecos antibalas, escáneres en todas las comisarías de la Ertzaintza, 910 perturbadores y 75 PT3, casi la última generación en inhibidores de frecuencia. Balza pretende hacer ver a las centrales su importancia a la hora de trasladar a los agentes que la amenaza terrorista se cierne sobre ellos tanto cuando están de uniforme, como en su vida privada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de diciembre de 2001