Cuando el Barcelona se funde en ataque, basta que enfrente haya un tal Austin, un escolta que ni siquiera llega al metro noventa pero cuya muñeca es letal, para que el equipo de Aíto las pase canutas. Eso fue lo que sucedió ayer, en el duelo contra el Francfort, un equipo sin gran cartel pero que ha demostrado una notable progresión y que la semana ya había derrotado de manera sorprendente al Kinder de Bolonia, uno de los grandes favoritos de la competición y al que el Barça rendirá visita la próxima semana. El Kinder, sorprendentemente, volvió a ser derrotado ayer por el Zalguiris Kaunas (91-67) y ahora la lucha por el primer puesto es de lo más reñida.
Austin, el escolta estadounidense del equipo alemán, con una actuación que rozó el recital y acompañado ocasionalmente por los triples de Roller, se bastó para mantener al Palau Blaugrana en vilo hasta el cuarto decisivo. Sólo entonces el Barça pareció darse cuenta del botín en juego y, encomendado a la intimidación de Dueñas y al oportuno acierto de Digbeu, decidió la contienda (90-81).
BARCELONA 90| O.S. FRANCFORT 81
Barcelona: Jasikevicius (15), De la Fuente (4), Karnisovas (20), Okulaja (11), Dueñas (12); Navarro (8), Nacho Rodríguez (0), Rentzias (4), Digbeu (16) y Ekonomou (0). Opel Skyliners Francfort: Roller (18), Diarra (4), Austin (29), Goree (14), Stanescu (6); Lokhmanchuk (6) y Maras (4). Árbitros: Koromilas, Mouzakis y Dolinek. Unos 4.800 espectadores en el Palau Blaugrana. Octava jornada de la Euroliga.
Fue también el alero francés el que, con su juego anárquico y explosivo, reanimó al Barça, aquejado de un cortocircuito ofensivo en el segundo cuarto. Los de Aíto habían dejado el primer asalto en tablas (21-21), después de un inicio fulgurante con Jasikevicius y Karnisovas en vena. Pero se apagaron los lituanos y el Barcelona se quedó a la sombra de los alemanes que, con un juego cansino, poco vistoso pero efectivo, se reengancharon al partido.
Dos triples y un par de acciones espectaculares de Digbeu sirvieron entonces para contrarrestar el recital de Austin y minimizar la irregularidad de un Barça que durante buena parte del encuentro echó de menos la muñeca de Juan Carlos Navarro y Okulaja. El equipo alemán sacando fuerzas de flaqueza, y a pesar de que llegó a perder la posesión en una veintena de ocasiones, puso al Barça contra las cuerdas a dos mminutos para el final (83-81) pero entonces un triple en una difícil posición de Digbeu acabó de darle la tranquilidad a su equipo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de diciembre de 2001