El Gobierno vasco y todos los partidos democráticos de la comunidad arremetieron ayer contra ETA por su último comunicado, en el que sostiene que los tres tiroteos mantenidos entre algunos de sus activistas y gendarmes franceses fueron 'fortuitos' y 'contra su voluntad'. El portavoz del Ejecutivo de Vitoria, el peneuvista Josu Jon Imaz, criticó el 'cinismo elevado' y la 'falta absoluta' de respeto a los ciudadanos que demuestra de nuevo la banda. Para Imaz, la nota refleja la 'falta de coherencia' de los etarras, ya que parece que en el País Vasco francés 'las ideas que dicen defender las llevan a través de las vías políticas y democráticas y por lo visto la violencia no es su objetivo'.
El coordinador de la Ejecutiva del PSE-EE, Rodolfo Ares, calificó el texto etarra como 'un burdo intento de evitar que la policía de un país democrático persiga sus fechorías, cuando cada vez está más claro que el terrorismo no tiene fronteras, por lo que hay que combatirlo y perseguirlo a escala internacional'.
El portavoz del PP en el Parlamento vasco, Leopoldo Barreda, se mostró convencido de que la nota 'no va a alterar la determinación de los Gobiernos francés y español de acabar con la banda terrorista'. A juicio de Barreda, el comunicado, publicado en los diarios Gara y Egunkaria, suena a 'excusa' porque 'el que tira a matar, tira a matar'.
El parlamentario de IU-EB Antton Karrera consideró 'un contrasentido brutal' que ETA tenga como uno de sus objetivos prioritarios a la Ertzaintza y, en cambio, aduzca que los tiroteos contra gendarmes no fueron su culpa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de diciembre de 2001