Siete años cerrada, denuncia contra un supuesto expolio y destrucción patrimonial, presentada en el Juzgado 5 de lo Contencioso y ante el Ministerio de Educación y Cultura, y redactada por quien reconoce no haber visto San Vicente antes de las obras recién terminadas y como colofón de esta polémica, fundamentada desde la falacia de una supuesta defensa del patrimonio histórico, la acusación a la Asociación Demetrio de los Ríos de ser un agente del Arzobispado de Sevilla.
Esto último tiene muchísima gracia, sobre todo si se tiene en cuenta la lucha de la asociación que presido contra la destrucción de nuestro patrimonio histórico, que en sus tres años de vida no ha recibido nunca el apoyo de los denunciantes del supuesto expolio, cometido, según ellos, contra la iglesia de San Vicente.
Esos denunciantes no abrieron la boca cuando se comenzó a destruir el Real Monasterio de Santa Clara de Sevilla, ni cuando se destruyó gran parte de las antiguas Reales Almonas de Triana. Tampoco se les ha oído cuando cierto personaje aristocrático ha construido túneles en el subsuelo público y ha levantado plantas completas, y todo ello sin licencia urbanística; ni se dignaron sumarse a la defensa del Corral de San José, ni protestaron por la construcción de un sótano arqueológico dentro de la Catedral de Sevilla, destruyendo el Patio de los Limones; ni les hemos visto preocuparse por Itálica, ni por Carmona, ni por la destrucción de los dólmenes megalíticos de Valencina y Castilleja de Guzmán... Pero, en fin, ahora resulta que la Demetrio de los Ríos es un agente del Arzobispado... Dios nos coja confesados y nos libre de estos indocumentados culturales... Amén.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de diciembre de 2001