La consejera de Enseñanza de la Generalitat, Carme Laura Gil, debe de estar satisfecha por haber conseguido neutralizar las protestas de los profesores y maestros con el aumento de sueldo de unas 25.000 que percibirán gradualmente en dos años y a partir de ahí cada mes.
Sin embargo, para los que estamos también al pie del cañón en los colegios e institutos de Cataluña y somos los conserjes y los auxiliares administrativos, quizá con un aumento del 2% o el 2,5% basta para hacernos callar. Nadie se mueve a favor nuestro. Los sindicatos quizá un poco, pero no tienen el suficiente respaldo o la misma fuerza que se ha visto que posee el profesorado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de diciembre de 2001