El incendio provocado por un motín en la cárcel paraguaya de Ciudad del Este, a 330 kilómetros de la capital, Asunción, causó ayer la muerte de 25 reclusos y heridas a un centenar de ellos. La gravedad de algunos de estos últimos podría haber aumentado el número de muertos tras el cierre de esta edición.
Los propios presos iniciaron el fuego, después de que uno de los guardias del centro penitenciario hiriese a un recluso al dispararle tras un altercado en la salida matutina al patio.
El incendio devastó varios pabellones de la prisión -que alberga a 527 reclusos, aunque su capacidad es de 300- y tuvieron que ser empleados tractores y maquinaria pesada para derribar las paredes de los calabozos y rescatar a los internos que habían quedado atrapados.
La magnitud del suceso desbordó la capacidad de las instalaciones hospitalarias de la zona, que no cuentan con unidades de quemados. Por eso, se montó un hospital de campaña en el interior de la prisión y el Ministerio de Salud envió avionetas y helicópteros para evacuar a los presos más graves hasta la capital. Además, se pidió ayuda a los equipos de socorro y bomberos de la vecina localidad brasileña de Foz do Iguazú.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 16 de diciembre de 2001