Denunciamos que el arzobispado de Zaragoza haya utilizado como carteros para una cumbre sobre la enseñanza religiosa a los profesores de religión, que han procedido a repartir la convocatoria entre sus alumnos de los centros públicos de enseñanza de Zaragoza.
Una vez más, la Iglesia católica considera un derecho lo que no es más que un privilegio y, en este caso, un abuso; utiliza a su personal cautivo (contratado por la Iglesia, pero pagado por todos) como vocero de sus actividades, causando estupor y malestar en los responsables de educación de la Diputación General de Aragón.
Denunciamos asimismo el incremento de un 22% en el gasto para profesores de religión católica en los Presupuestos Generales del Estado, anunciado días atrás en este periódico.
La escuela debe educar en la igualdad, en los valores democráticos que eviten la discriminación de las personas por sus creencias religiosas; debemos valorar hasta qué punto la impartición de religión en los centros públicos de enseñanza se está convirtiendo en un elemento muy importante de discriminación para los niños de familias inmigrantes que normalmente profesan otras religiones. Los musulmanes estadounidenses tienen que estar profundamente satisfechos de que el sistema educativo de ese país no les obligue a declarar sobre su ideología religiosa, como supuestamente aquí también garantiza la Constitución, aunque en la realidad no se cumpla.Denunciamos la situación de desigualdad e indefensión que padecemos los padres y los niños que no estudian religión en los centros de enseñanza públicos en un Estado aconfesional: se segrega a los alumnos en función de las creencias de sus padres, empezando a los tres años de edad, y una o dos veces a la semana y en horario lectivo.
¿Es éste el Estado igualitario y democrático en el que deben vivir nuestros hijos? ¿La segregación es un valor para transmitírselo a los niños?
El Colectivo Escuela Laica promueve la integración desde la educación en valores comunes para todos los niños y niñas.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de diciembre de 2001