Dentro de una razonable nostalgia por ciertos aspectos estéticos del pasado reciente -no todo el pasado fue mejor-, grupos como este marcan la pauta del modernismo lounge en un mundo como el presente, que cree haberlo descubierto y explotado ya todo. Cultura de club llaman a este modo de entender la música como puro entretenimiento retro, como esta banda alemana que tiene en la figura de Pit Baumgartner su guía. El espectáculo ofrecido en directo por ellos lleva apenas la humanidad de las voces solistas y los vientos de Otto Engelhardt y Mike Steiner para combinar con la música enlatada de Baumgartner, lo cual es una pena, porque a este estilo le luce más la pulsión humana de instrumentos convencionales.
Contando con un fondo de escenario en el que se proyectaban tanto imágenes fijas como vídeos, el grupo desgranó en directo las canciones de su último disco, Death by chocolate, temas de pop en bruto con sabor beat, cool jazzy, dancehall reggae o, simplemente, kitsch sofisticado, como la canción estrella de este concierto: Something special.
Las elegantes voces de Pat Appleton y Karl Frierson remiten a cantantes del pasado, con esos quiebros latinos y un encanto cuasi hortera. Por el contrario, el grupo debe trabajar más las coreografías, ya que la habilidad de sus dos bailarines les dejaba bastante en evidencia como teutones arrítmicos.
La sala no estaba ni mucho menos llena -era una de las noches más frías del año-, pero sí había el suficiente número de espectadores como para pensar que la música lounge puede llegar a tener en España un espacio como opción de entretenimiento musical desprejuiciado, en cuanto se vayan jubilando las generaciones que la identifican con la banda sonora del peor cine de los sesenta y setenta. Todo se andará.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de diciembre de 2001