La policía europea, Europol, ha advertido del peligro de que el mercado se inunde de euros falsos coincidiendo con la entrada en circulación de la moneda única. Los falsificadores se concentran en Macedonia, Kosovo y otros países de Europa del Este. 'Hemos recibido informaciones que indican que los falsificadores están activos en esos países y podrían llenar el mercado con dinero falso a partir de enero', indicó Willie Bruggeman, subdirector de la agencia de policía europea, al diario británico Financial Times.
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Las investigaciones apuntan a que los billetes de 100 y 200 euros serán los preferidos de los falsificadores, porque su valor es grande, pero no levantan tantas suspicacias como los de 500 euros (83.193 pesetas). Europol confía en arrestar a los falsificadores en las primeras horas del año próximo.
Los billetes de euros son más difíciles de copiar que los actuales. Contienen múltiples medidas de seguridad: son los únicos que están hechos sobre una base de algodón y llevan impresiones en relieve, marcas de agua, hilos de seguridad y hologramas. Fabricar un billete en pesetas costaba unos seis céntimos, mientras que el coste de los de euros es de nueve. Algunos de estos elementos serán casi imposibles de falsificar, como el hilo de seguridad y otros detalles secretos, según reconoce Europol.
Sin embargo, la calidad de los billetes falsos es buena, según han podido comprobar algunos de sus informadores en la zona. Las mejores copias logran imitar los relieves y reproducir las marcas de agua. Bruggeman añadió que también existe el peligro de que se introduzcan fotocopias de buena calidad en América Latina, Europa del Este y Asia (en especial, Japón y Taiwan). Estas copias podrían 'parecer buenas' a pesar de no llevar los elementos de seguridad.
La pena máxima por falsificar euros, según han acordado los 12 países del euro, será de al menos ocho años de prisión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de diciembre de 2001