Aunque la Asociación del Fútbol inglés (FA) confirmó ayer que Londres es el escenario preferido para ubicar un nuevo estadio nacional, la decisión final, esperada meses atrás, no se tomará hasta la primavera. El objetivo es construir un estadio para competiciones de fútbol y atletismo en el solar del mítico Wembley con algunas modificaciones al diseño original del arquitecto Norman Foster. Pero las negociaciones se han estancado una vez más en la financiación de los estimados 200.000 millones de pesetas que costará el estadio.El Gobierno añadió, por su parte, que la propuesta de Birmingham aún está sobre la mesa. Tampoco se descarta la posibilidad de que Inglaterra se quede finalmente sin su prometida catedral nacional del fútbol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de diciembre de 2001