Mohamed VI sabe a grandes rasgos cómo se desarrolló el último Congreso del PSOE, conoce los reproches que José Bono, el presidente de Castilla-La Mancha, formula a la monarquía alauita y se queja de que se critique a Marruecos por la lentitud de sus reformas cuando en la España de la transición democrática los comisarios y jueces franquistas tardaron mucho tiempo en ser relevados de sus cargos.
A su regreso de Rabat, José Luis Rodríguez Zapatero desmintió ayer a sus correligionarios socialistas, con los que se encontró en el Congreso, la imagen de un monarca inexperto y desconocedor del entorno geográfico de Marruecos a veces transmitida por la prensa internacional.
El secretario general del PSOE permaneció a solas en el Mechuar (palacio), durante unos 40 minutos, con el monarca y, a veces, con su hermano, Mulay Rachid. Previamente, la delegación española, de la que formaba parte el embajador, Fernando Arias-Salgado, había sido recibida por el rey durante algo más de media hora.
Además de su dominio de la situación española y de su buen conocimiento del castellano, el líder socialista se llevó otra grata sorpresa durante la audiencia. El soberano quiso 'expresamente excluir' de la conversación la reivindicación marroquí sobre Ceuta y Melilla. Lo hizo, acaso, porque ésta no es la prioridad de Rabat y para no poner en aprietos a su huésped, quien lo agradeció.
Con motivo de la apertura de una negociación entre España y el Reino Unido sobre el futuro de Gibraltar, la prensa marroquí ha denunciado la negativa del Ejecutivo español a entablar un diálogo sobre las dos plazas de soberanía. Algunos dirigentes marroquíes consideran, no obstante, que la zona de libre comercio que quedará establecida entre Marruecos y la UE en el 2010 vaciará de contenido la reivindicación de ambas ciudades.
'Muy sensibilizado'
Descrito tras su entronización como el rey de los pobres por su dedicación a las obras sociales, Rodríguez Zapatero confirmó esta vertiente social del monarca. Está 'muy sensibilizado' por el fenómeno de la emigración ilegal que ha costado la vida a más de 700 marroquíes que se han ahogado en el Estrecho en los últimos años, según la estadística establecida por una ONG marroquí.
Para apoyar a Marruecos en su esfuerzo por acabar con esa hemorragia controlando sus fronteras es 'muy importante', según Zapatero, que 'España agilice sus gestiones' para que la Unión Europea conceda a Rabat las ayudas económicas y técnicas que ha solicitado.
Aunque sus medios son inferiores a los de España, y así lo puso de manifiesto el rey en la entrevista que concedió en septiembre al diario Le Figaro, Rabat cuenta con una capacidad de control superior a la que reconoce. Prueba de ello es la brusca diminución de las pateras que llegan a las costas andaluzas tras los atentados del 11 de septiembre en EE UU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de diciembre de 2001